jueves, 6 de junio de 2013

Su nombre completo

-¡Daro! ¡Daro!
-¿Sí?
-Hay vacío en mi interior.
-¿Y qué esperabas? Era lo que deseabas, a fin de cuentas.
-Pero no es un vacío completo. Hay una serpiente que se revuelve al fondo, enroscándose y desenroscándose sobre sí misma.
-Bienvenida al mundo de la interacción humana.
-¿Y qué es?
-¿La interacción humana?
-No, hombre. Lo que siento. O lo que no siento.
-El futuro. El destino. Llámalo como quieras.
-No sé si me convence.
-¿Qué nombre le darías tú?
-El mismo que viste el amor de desamor. La soledad de comañía. El miedo en valor y el valor... el valor creo que aún no ha sido transformado en nada útil. Solo domado y sometido.
-No le des más vueltas y vive. Vive. No por ellos. Por ti.
-Pero mi deber...
-Mi deber está por encima del tuyo. Y ahora me obliga a pedirte que guardes silencio y vayas directa a la cama.
-Te haré caso, pues me ha desgastado la lucha interna. Pero no he perdido, que conste.
-A dormir. Es hora de que te desmadejes entre los brazos de aquel que conoces.
-¿Tú?
-¿Acaso importa? Pensaba que estabas vacía.
-No discutiré eso contigo. No me tengo en pie.
-¿Te llevo  la cama?
-Sí, por favor. Y gracias por no desvelar nada.
-A ti. Por no partir en dos los sueños.

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