jueves, 27 de junio de 2013

Serenidad

Tras toda tormenta llega la calma, pero en ocasiones la tormenta se desata en tu interior y te impide ver más allá. Cúmulos de circunstancias, errores pasados, dificultades añadidas.

Entonces es cuando barremos la arena y decimos "Aquí empieza la nueva página". Un hilo que se va creando de la nada, tejiendo una espiral que forma el tapiz sobre el que escribir futuros soñados.

Si me paso el día analizando los capítulos pasados, nunca encontraré tiempo para escribir los nuevos. Si no me obligo a coger la pluma, la tinta se secará y nada nuevo saldrá a la luz.

Es mejor aprovechar esa experiencia. Sin esperar resultados inmediatos. Ya lo he dicho varias veces, no por plantar las semillas y quedarnos esperando, tendremos nuestro jardín. Hay que tener paciencia, mimarlo y no desesperar cuando una de las plantaciones no da frutos. Ya lo hará la siguiente. O la siguiente a la siguiente. Pero si no plantas, o si lo haces pero descuidas el cuidado del jardín pensando que siempre se va a repetir la misma historia... entonces nunca podremos disfrutar del espectáculo multicolor.

Y si no queremos aceptar Coelhadas, solo podemos decir. Ok, esto es lo que hay. A ver a cuántos enemigos me llevo por delante. Otros preferirán la versión pacífica de defender mundos (o universos) o de salvar a inocentes. Por mi parte, yo contemplo las herramientas a mi disposición, veo qué puedo hacer con ellas y, de no conseguir nada en esta aventura gráfica tan conseguida, solo puedo seguir buscando ese objeto escondido que se nos pasa. O subir habilidades, si se tratase de un RPG.
Y es que el Midgar Zolom puede aniquilarte la primera vez que intentas atravesar el lago sin un chocobo. Y da igual cuanto empeño pongas en querer hacerlo en ese momento. Solo puedes optar por tu plumífero amigo y seguir tu camino. Y después, cuando seas más fuerte, te lo cargas y lo miras con aire de superioridad. Aunque no tiene mucho sentido, porque se supone que ya se lo había cargado tu antagonista. Bah, lógica videojueguil.

En cualquier caso, no volveré a agobiarme mirando a un pasado lejano, sino que con calma, decidiré qué puedo hacer esta semana. Y cuando pase la semana, pensaré qué puedo hacer la siguiente. Y después, me montaré en la Tardis y os invitaré a dar una vuelta en ella.

A veces lo pienso. No tengo Tardis, pero tengo piernas (lo que es de agradecer, todo sea dicho) y hasta puedo usar medios de transporte. Tengo todo un mundo que descubrir, un montón de personas que conocer, experiencias que vivir, cosas que aprender. Sobre todo esto último.
Así que bueno, soy nivel 3 cuando debería ser ya al menos 25. Pues es lo que hay, no voy a dejar de ser nivel 3 porque piense que no es justo. Así que a luchar contra pequeños bichejos para hacerme más fuerte. Es una tarea cansina, pero necesaria.

Y este es mi mundo. Un mundo donde hay muchas cosas que no salen como y quiero, pero que sé que acabarán por salir bien, de un modo u otro. Y si no, al menos mantendré esa ilusión toda mi vida. Porque es la única actitud que me va a aportar algo positivo.

Así que no pienso perder mis aspiraciones de dominio mundial. Y tendré mi piscina de gelatina. He dicho.

2 comentarios:

Capitán Merluzo dijo...

Mientras celebro su entrada, adjunto imagen del mundo ideal pues http://4.bp.blogspot.com/_OLfUa2x5kdg/TTiIe9JhgwI/AAAAAAAAAbc/7RLzJ-E5Fqw/s1600/mundo+de+gelatina.gif

M dijo...

¡Me lo quedo!