jueves, 28 de julio de 2011

Cómo ligar con personas con ojos e intestinos

Estamos en pleno verano (aunque el tiempo aquí diga lo contrario) y la gente ocupa el tiempo libre en hacer cosas estúpidas. Como ligar. Y disfrazarse de alambre con pies.
Me debo estar haciendo vieja, porque antes no me encontraba en internet tantos mensajes estúpidos sobre cómo ligar con otros seres humanos (con cocodrilos aún no se atreve nadie). Como soy toda bondad, ahí van una serie de consejos para que nuestros queridos adolescentes (y demás seres que aún no han abandonado la guardería) aprendan a relacionarse con personas del sexo opuesto (o del mismo, o sin sexo).

1- No claves chinchetas en los ojos de la otra persona, salvo que te lo pida expresamente. En este último caso, no claves más de tres chinchetas por ojo, ya que no es bueno mostrar tanta confianza en una primera cita.

2- No violes a la otra persona. En todo caso, tiéndete en la cama (o en el suelo, o en la parada de metro, o donde quiera que estés) y déjate violar. Claro que si te dejas, no es técnicamente una violación. Pero los términos son algo poco importante cuando hablamos de pasión y cuerpos pseudohumanos.

3- Regálale una prótesis dental. De esas que pasan de generación en generación. Los regalos con sentimiento, que forman parte de la herencia familiar, son todo un clásico.

4- No te comas a su mascota, aunque te mueras de hambre. En algunas culturas está mal visto.

5- No hables de temas polémicos, como cocacola contra pepsi. Sé que es muy duro para aquellos que se ganan la vida como evangelizadores de bebidas carbonatadas, pero podrán superarlo hablando de otras cosas. De congeladores vietnamitas, por ejemplo.

6- Sé siempre sincero. No temas admitir que posees pulmones funcionales. Ni arterias. Tal vez el tema de los riñones ya sea demasiado personal (y puede pensar que estás presumiendo) así que mejor no trates ese tema.

7- No te acerques a la luz. Ni a los informáticos.

8- No hay ocho. Con las claves anteriores uno tiene más que suficiente para seducir a cualquier ser bípedo poco arborescente.

En la próxima entrega: "Cómo cuidar tus plantas y protegerlas de las momias de rata coja".

sábado, 23 de julio de 2011

Ilunumaid se transforma en un blog sobre informática

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Kernel...


Hmmm...

C++...


Java...


Arch, Mandriva, Debian...


if... while... pollo tuerto...


Hmmm...


Ya está, me he cansado. La informática es fea, ininteligible y te hace envejecer el doble de rápido que la gente no informática. Tienes un 15% más de posibilidades de contraer gonorrea y de tener accidentes en moto acuática. Total, que mejor dejamos el blog como estaba.
Eso sí, ser informático tiene cosas buenas. Con suerte, encuentras una novia como yo (y con más suerte aún, una que no se parezca en nada a mí). Y aprendes a leer relojes binarios con cuadraditos de colores parpadeantes. Y no sé, la gente te mira de forma rara, que siempre es mejor que pasar desapercibido.


Hay cosas peores que ser informático, claro está. Ser Regargojana, por ejemplo. Especialmente, ser Regargojana en una habitación repleta de cucarachas. Claro que ser cucaracha podría ser incluso peor. Aunque mirándolo de forma positiva, no te temerías a ti misma. Y podrías sobrevivir un tiempo sin cabeza. Y sin internet.


Por cierto, tras ver el libro de Martin, he decidido que, si algún día escribo algo, intentaré que mi libro también pueda usarse como arma contundente. Menudo tocho. El día que consiga un lector de libros electrónicos, estaré mucho más indefensa ante el posible ataque de ladrones que intenten invadir mi casa (bueno, la casa de este melón). Solamente con la saga de "Canción de hielo y fuego" puedo dejar ko a toda una banda armada. Por no hablar del fortalecimiento de los músculos de mis brazos. No habrá nadie que me gane a pulsos cuando haya terminado con este libro. Bueno, quizás una cabra.

Pero la verdad es que me gustaría escribir algo serio un día de estos. Con serio no me refiero a la temática (yo no soy capaz de esas cosas). Hablo de ponerme a ello y crear una historia con principio y final. Y con páginas que van entre esas dos partes. Pero me da pereza. No me gusta corregir lo que escribo, no me gusta plasmar las cosas de forma "bonita". Aun así, es cuestión de tiempo que me ponga a ello. Hay demasiadas carpas, amebas y guisantes luchadores de sumo que desean protagonizar una historia larga. No sé cuándo será, no sé si tendré que matar a alguien para conseguir la inspiración necesaria (y para entretenerme un poco, para qué voy a negarlo). Pero algún día... algún día... la auténtica historia de un cerrojo enamorado de una loncha de queso se convertirá en todo un éxito (arrasará en ventas en todas las pescaderías de barrio).

Hasta entonces, seguiré haciendo lo de siempre. Ramonear, serpentear, mutar en sello usado y traficar con chocolatinas.

Disfruten del fin de semana (o de lo que queda de él).

martes, 19 de julio de 2011

Sigo con vida (creo) y pondré un vídeo para demostrarlo

Regargojana me ha pasado este vídeo maravilloso.



Es absurdo, pero por eso precisamente me encanta. Eso sí... ¿Y Drogo? Debería salir. Al menos en mis sueños sale. Y es que esta noche he soñado que estaba intentando abrir una caja fuerte con Drogo y Viserys. Realmente no era una caja fuerte, era un portero automático en el que tenía que ir marcando una combinación determinada. Entonces la nenaza esta se despertó porque llamaban por teléfono. Ni combinación ni nada, me pegó un empujón para salir de la cama y me regaló el despertar menos cariñoso de toda nuestra relación. Y me quedé sin saber qué sucedía si lograba introducir la clave correctamente. Probablemente hubiesen aparecido los personajes de la serie marcándose ese bailecito.

En otro orden de cosas (frase que siempre pone la gente por ahí) últimamente estoy bastante ocupada (por eso actualizo poco). Pero le pondré remedio. Sabed al menos que empleo mi tiempo en cosas productivas, como ir a comprar productos raros (nesquick de fresa, por ejemplo) y en comer en restaurantes japoneses donde el ramen te lo sirven en un bol tamaño ensaladera.

Dicho esto, me retiro a seguir haciendo cosas de personas con ojos. Apalear informáticos y similares.

martes, 12 de julio de 2011

La historia de medio pollo

Medio pollo, un primo lejano de pollo tuerto, siempre había deseado ser un pollo completo. Pero ese sueño frustrado nunca se hizo realidad. Así que dejaremos de hablar de medio pollo y hablaremos de informáticos.

Arghhhhh.

Básicamente eso es todo lo que puede decirse sobre ellos.

Aprovecho esta entrada para hablar del retorno de una sección que solo un pocos privilegiados conocen: Regargojana recomienda. No, tranquila, no vas a tener que colaborar, aún tengo guardadas aquellas entradas maravillosas. Al menos, la mayor parte de ellas. Me irán bien para estos días en los que el calor me derrite el cerebro y no me apetece escribir. Una que es vaga.

Por cierto, para los que no la conozcan, Regargojana es mi versión mejorada (y yo soy su modelo a seguir). Algún día debería hablar de ella. Y de los demás. Que sois siempre los mismos. Intentaré decir algo más allá de "tienen ojos". Pero no prometo nada.

Y ahora me largo. Feliz día de la iguana seca.

jueves, 7 de julio de 2011

Vendo crisantemos baratos

No tengo vida. Ni jamones voladores que canten ópera. Qué vulgar es mi día a día
Iba a actualizar contando tonterías (como siempre) pero cierto informático del verano me está pateando (ha aprendido de la pija, que no patea pero siempre amenaza con hacerlo.

El caso es que he estado pensando, y no me gusta el mundo. Hay demasiados seres vivos que no aportan nada. Y hace calor. Y encima, cuando te acostumbras más o menos a lo que te rodea, te mueres. Un timo. Y encima te hacen trabajar y quieren que te hipoteques. Así que me voy a inventar mi propio mundo.

-Habrá melenudos
-No habrá cucarachas ni mosquitos
-Habrá chocolate
-No habrá niños berreantes

Solo con esas cuatro medidas, el mundo sería un lugar mejor.

¿Y qué tiene esto que ver con los crisantemos baratos? Nada. Pero como título, queda muy bien. También os puedo vender a un informático, pero seguro que al final tendría que acabar pagando yo.

Os puedo vender a Regargojana, que es pija, tiene ojos, tentáculos y abre cadáveres. Ella no se dejará vender, pero no importa, porque está demasiado lejos como para que pueda alcanzarme su mala mirada.

En realidad os puedo vender a todos vosotros, para que lleven a cabo un estudio sociológico. O un estudio sobre la inestabilidad mental, porque hay que estar muy mal de la cabeza para estar leyéndome, tanto si me conocéis desde hace milenios como si sois tan nuevos como nuestro amado Triple A.

La verdad es que tiene su encanto esto de escribir un blog. Puedo poner cualquier cosa que se me pasa por la cabeza y hay alguien al otro lado que me lee. Es fascinante.

Para despedirme, os voy a contar la historia de Reintegro, un pobre caracol bicéfalo que no tenía familia. Bueno, no, no os la voy a contar. Pero existe. En algún lugar. Y aparecen peces espada, sacapuntas, un cocinero zombi, tres teclas de una calculadora solar y la boina de Lancel. Y una grabadora de DVD con pies.
En fin, dedico esta historia no contada al hermano gemelo malvado de un rododendro.

miércoles, 6 de julio de 2011

Un dromedario se enamoró de Regargojana

Pija, se te echa de menos. Ven a verme. Y tú también, Scullywen. Te buscaré otro dromedario para ti. O un mamut. En la Ciutadella tenemos uno.

Hoy os quiero mostrar algunos sitios de por aquí. En realidad en la entrada iba a hablar de otra cosa, pero es que no me apetece.

Las fotos no son mías, estaban por ahí en el mundo de internet al alcance de google, así que el crédito es para sus autores.

Empezamos con el parque de la Ciutadella, que tiene árboles, fuentes y cosas.


Ejemplo de fuente


Ejemplo de cosa

Ese mamut (que ama a Scullywen) es el auténtico mamut desconocido. Es una larga historia que derivó en una página de facebook y todo. Pero esta vez la culpa no es mía, fue de un trastornado que me llevó a ver al mamut (no era informático... pero era compañero de mi propio gremio, que es casi peor).

Barcas para esquivar pterodáctilos en Parque Jurásico

Pasamos ahora a la torre Agbar, que se aprecia desde cualquier punto de Barcelona. Me ahorraré las referencias fálicas, todos las conocemos sobradamente.

Por la noche se ilumina de forma extraña
A continuación, la Sagrada Familia. Aún no la he visto por dentro, pero he podido contemplar todos sus andamios y grúas.

Fachada de la Pasión


Tiene ventanas y esas cosas de edificios

Plaça de Catalunya, donde la gente puede indignarse o pasear, eso a gusto de cada cual. Este es un monumento al que yo denomino "escalera invertida". Es un nombre muy evidente, pero la primera vez que quedé con alguien allí y dije que estaría esperando bajo la escalera invertida, me miraron muy raro.

Es una escalera invertida, digan lo que digan

Antes de llegar al parque de la Ciutadella, podemos ver nuestro (o su, dependiendo de cómo de integrada me encuentre en cada momento) arco del triunfo.
Los seres vivos pasean cerca

¿Y qué hay de las ramblas? Además de ver gente rara disfrazada, puedes deleitarte con los múltiples puestos de flores que hay por la zona.

Esto estaba a reventar de gente en Sant Jordi


Aquí vemos la catedral ubicada en la zona del Barrio Gótico. También tiene ventanas y seres vivos que se acercan.

Tiene muros
Seguimos con el Barrio Gótico...

Un pie de foto para no decir nada


La zona más moderna y tecnológica de Barcelona


Aquí vemos a uno de los amantes de Regargojana




Pasamos al Park Güell. que es una de las zonas que más me gustan de Barcelona. Eso sí, la cuesta que hay que subir para llegar a él es lo más horrible que he visto desde que... no sé, desde algo aleatorio que podemos insertar aquí.

Además de cosas gaudianescas, hay árboles y demás



Columnas para escaladores


Fuente con seres vivos y escultura de un dragón


Qué, es un dragón, aunque no sea muy terrorífico


Un bonito atardecer. O amancer. O algo.
También hay una zona de parque boscoso de lo más común


Otro parque que me gusta es el del laberinto de Horta.

En cualquier momento, escucharemos cantar a Bowie

Y por último, Montjuïc, desde donde se puede contemplar una panorámica de Barcelona bastante bonita. El palacio que vemos en la imagen tiene unas fuentes que se iluminan por la noche en momentos determinados (que coinciden con ciertas alineaciones astrales).

Fuente sin iluminar


Fuente iluminada y palacio en modo discotequero
¡Y esto es todo! Hay más cosas interesantes, claro. Pero no me apetece buscar. Además, esta iba a ser una entrada para hablar del dromedario que acosaba a Regargojana en sueños (supongo que arrastrándose sobre su vientre pegajoso, como la criatura aquella).

Feliz día de la marsopa.

martes, 5 de julio de 2011

Ecos

Apareció de la nada, haciendo que la chica se sobresaltase ligeramente al sentir los ojos verdes clavados en ella. No tuvo que preguntar el motivo por el que estaba allí, lo sabía perfectamente.

-¿Eres capaz de volar cada vez más alto? -preguntó él.

Por toda respuesta, la chica le dio la espalda y se alejó sin volver la vista atrás.
Él no pensaba culparla. Aparecer ahora era poco adecuado. Quería vigilarla, quería asegurarse de que todo iba bien. Pero no podía hacerlo sin despertar recuerdos del pasado en la mente de la joven. Pudiese o no volar, para responder a aquella pregunta era necesario remontarse al tiempo en que no era capaz de hacerlo.

Decidió esperar. Otra década sería suficiente.

domingo, 3 de julio de 2011

Frío

Estaba criogenizado. Y muerto. Y vivo.


La criatura se desplazaba sobre su vientre pegajoso, dejando un reguero de sangre y putrefacción. Sus diminutos ojos brillaban en la oscuridad con un resplandor verdoso.



El chico dejó el libro a un lado. Bostezó y estiró los brazos por encima de su cabeza, dejándose resbalar levemente en el sillón. Le pareció escuchar un chapoteo lejano, pero lo atribuyó a la falta de sueño.



En la habitación contigua, el mago contemplaba el hueso que sobresalía de su pierna rota. Podría intentar incorporarse pese al dolor, pero sabía que no serviría de nada si no encontraba un modo de escapar. Las palmas de sus manos, chamuscadas, intentaron concentrar la energía de la estancia en un único punto, pero el campo magnético del lugar dificultaba hasta el conjuro más básico.



El chico se dirigió a su habitación dispuesto a meterse en la cama. Entonces lo oyó con total claridad. Algo se arrastraba por el suelo, en el sótano. El crujido de la madera era perceptible desde allí, así como aquel otro sonido viscoso, como el de una ventosa que tratase, sin éxito, de desatascar un sumidero.



La enorme figura agusanada trataba de introducir su gelatinoso cuerpo por la puerta que conducía a la planta superior. Sabía que su presencia había sido descubierta, debía apresurarse. Se retorció sobre sí misma mientras el marco de la puerta se astillaba, hasta que finalmente logró atravesarlo y llegar al otro lado.



Una llama. Pequeña, gris, fría. Pero con un gran poder latiendo en su interior. El mago usó el fuego de la muerte para abrirse paso. La pared se llenó de grietas en cuanto las lenguas, casi negras, lamieron la superficie. Al instante, el grueso muro se desmoronó, convirtiéndose en una montaña de polvo que se dispersó por toda la estancia. El mago, arrastrando la pierna herida, buscó a la criatura siguiendo el rastro hediondo que había ido dejando a su paso.



El chico permanecía inmóvil junto a la cama. El corazón le latía dolorosamente en el pecho, tan fuerte que casi podía escucharlo retumbar en su interior. El sudor se le había helado en la frente, resbalándole lentamente por la piel. Las piernas empezaban a temblarle, por lo que se vio obligado a sentarse al borde de la cama, agarrando las mantas enérgicamente, como si tratase con ese gesto de evitar que el miedo atenazase su cuerpo. No podía ser la criatura, se dijo. No en aquel momento, no en aquel lugar.



Los ojos del monstruo se posaron en el mago, estudiándolo de arriba a abajo. Abrió un par de veces las descomunales mandíbulas, dejando al descubierto una hilera de afilados dientes amarillentos entre los que paseaba una gruesa lengua violácea.
El mago avanzó un par de pasos, sin dejar de apuntar al ser con la magia de la llama oscura. La criatura dejó escapar un gruñido. Entonces atacó.



Un viento helado recorrió la habitación del chico, haciendo bailar las cortinas de un lado a otro. La papelera volcó, rodando hasta el otro extremo de la estancia. El frío se intensificaba por momentos, haciendo que el propio aliento le quemase al joven en la garganta. Los pulmones parecían estar a punto de estallar, mientras que a su alrededor todo parecía cubrirse de una leve capa de escarcha que se le adhería a la ropa, al pelo e incluso a las pestañas. Cerró los ojos con fuerza, tratando de protegerse. Y entonces, un rugido aterrador se dejó escuchar claramente por encima del gemir del viento. Al instante, todo quedó en silencio y la habitación recuperó la calma.



El mago escupió sangre mientras se incorporaba con dificultad. La criatura yacía a su lado, descomponiéndose con rapidez. A los pocos minutos, el único rastro del monstruo era aquel hedor insoportable.
La llama tembló, perdiendo intensidad. El mago susurró unas últimas palabras. Y entonces el fuego se apagó.



El chico se asomó con cuidado. El suelo humeaba allí donde había tenido lugar la batalla. El olor era más intenso en esa zona y la sangre que manchaba paredes y suelo empezaba a secarse.
Un brillo en un rincón captó su atención. Se acercó con cuidado y se agachó para tomar entre sus manos el pequeño diamante tallado en forma de lágrima. En ese momento supo que debía su vida al mago.

Guardó la joya en su bolsillo y rezó en voz baja durante un buen rato. Cuando acabó, el sol se colaba por las ventanas, tiñendo la estancia con una luz rosada. El chico regresó al dormitorio y rebuscó en uno de los cajones hasta dar con un diamante idéntico en forma y tamaño al que acababa de guardar en el bolsillo. Colocó ambos sobre la mesa, los comparó unos instantes y entonces se los llevó a la boca. Tragó con dificultad, tratando de reprimir un repentino acceso de tos. El sabor que le dejaron los diamantes era amargo, pero pronto eso dejó de importar. Su piel empezó a helarse, mientras los miembros se le volvían rígidos. La respiración se le entrecortaba, el corazón cada vez latía con menos fuerza. Pero no tuvo miedo. Moriría. Y viviría. Y cuando la bestia regresase, no tendría miedo. Porque sería el momento y el lugar adecuados. El ciclo se rompería y la historia llegaría a su fin.